En la vida suceden experiencias insólitas, y a mi me ocurrió. Gracias a una crisis económica mundial, y a la intuición de mi hija mayor, María Belén, hoy estoy pintando. A mis 63 años, nunca había tomado un pincel, ni me soñé hacerlo. Siempre me gustó ver la pintura de otros, pero no se me pasó por la imaginación, que yo también podía pintar. En virtud de la crisis económica mundial, que por cierto a mi también me afectó, mi hija basada en dos premisas, me puso a pintar. La primera, que pintar me eliminaría el stress. La segunda, que al tener tres hermanas que pintan, en mis genes tenía que existir esa condición o talento. En buena hora, le hice caso. Hoy soy feliz pintando, y quisiera que los días tuvieran mas horas para recuperar el tiempo perdido. Tengo que agradecerle a María Belén esta bendición; a mi hermana María de la Paz, y Eliana (una de las pintoras) por brindarme un apoyo incondicional, como también a mis otras hermanas pintoras, María Inés, y Blanca, porque su arte me mantuvo un lazo permanente con la pintura, y por supuesto,al resto de mi familia inmediata, Alicia, María del Pilar, José Ignacio y María Constanza, por dejarme tomar espacios físicos y de tiempo, para pintar, y por su apoyo permanente. También, debería nombrar a muchas otras personas que me apoyan y me alientan a seguir. Cada una de ellas sabe quien es, y les doy mis infinitas gracias. Toda esta nueva experiencia generó cambios en mi perspectiva de vida. Hoy veo el mundo en colores, y con sus matices, tal como es la vida. Pude apreciar que la felicidad está muy fuertemente ligada a nuestra sensibilidad, y poder exteriorizar esas sensaciones en colores es muy gratificante. Y es más gratificante aún, cuando el resto de las personas perciben y manifiestan que reconocen en tu trabajo artístico, una sensación positiva. Me imagino que es como el aplauso para los músicos. Hay un refrán popular que dice: "Nunca es tarde cuando la dicha es grande" Si tú nunca tomaste un pincel, atrévete, que a lo mejor descubrirás que parte de la felicidad, literalmente está al alcance de tu mano. Un abrazo para todos, y disculpen mi tardanza. Keno
In life the unthinkable happens, and in fact, has happened to me. Thanks to a global economic crisis and the intuition of my oldest daughter Maria Belen, today I am painting. In my 63 years, I’d never lifted a brush, nor dreamed of doing so. I always liked to watch others paint, but it never crossed my mind that I too could paint. In times of global and personal economic crisis, my daughter put me to paint using the following two premises. The first, that painting would help eliminate my stress, and the second that having three painters for sisters, the talent must exist in my genes. Just at the right time, I listened to her. Today I am happy to be painting and I wish there were more hours in the day to make up for lost time.
I have to thank Maria Belen for this blessing, to my sister Maria de la Paz for giving me unconditional support and the rest of my immediate family, Alicia, Maria del Pilar, Jose Ignacio y Maria Constanza for allowing me to take up both the physical space in our home and the time to paint and for their permanent support. There are many others that I should name who have supported me and helped me to carry on. They all know who they are and I offer them my eternal thanks.
This new experience has given me a new perspective on life. Today I look at the world in color, with all it’s harmonious blending, just like life. I am able to appreciate that happiness is so tightly linked to our feelings, and being able to externalize those feelings in colors is extremely gratifying, and even more gratifying when other people recognize or feel something positive in your artistic work. I imagine it’s like the applause for musicians.
There’s a saying that goes “it’s never to late when happiness is at stake.” If you never took up the brush, or whatever it is you never did, take a chance, it’s likely you’ll discover that part of happiness, literally, is within your reach.
My best to everyone and sorry for being late. Keno